“De natural plaent,
afectuós.”
Dilluns.
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imatge sobre l’amabilitat :
Dimarts.
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frase:
“Els dies més perduts de la teva vida són aquells en el que no has
somrigut”.
Dimecres.
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Explicar el següent
conte relacionat amb l’amabilitat “La gran carrera de los coches salvajes”.
En un lejano país existía una raza de pequeños coches salvajes
que circulaban libremente por el campo. No necesitaban carreteras ni gasolina,
pues para moverse les bastaban los buenos pensamientos y deseos, una original
idea de su excéntrico inventor.
Aquellos coches se hicieron famosísimos, y las carreras de
coches salvajes eran el pasatiempo favorito de todos. No había niño que no
soñara con pilotar uno, pues su poco peso y su sinceridad les convertía en
pilotos ideales. Y como encontrar niños ligeros y de buen corazón que supieran
mantener buenos sentimientos durante toda una carrera era difícil,
frecuentemente se celebraban pruebas para descubrir nuevos talentos, en las que
cada chico tenía una única oportunidad de demostrar su habilidad con los coches
salvajes.
Así, la caravana de pruebas llegó a la pequeña ciudad en que
vivía Nico, un niño bueno y alegre que, como muchos otros, no durmió esa noche
mientras hacía cola esperando su turno para pilotar uno de aquellos coches.
Durante la espera, muchos niños ensayaban y practicaban sus buenos deseos y
pensamientos pero en cuanto se abrieron las puertas, una gran carrera de
codazos y empujones descubrió que no todos eran tan buenos como parecían. Sin
embargo, los organizadores ya lo debían tener previsto, y tras unas pocas
pruebas tan sencillas como dar las gracias por una chocolatina, ayudar a
preparar el material de las carreras o atender respetuosamente a una viejecita
un poco pesada, sólo quedó un grupito de niños verdaderamente bondadosos, entre
los que se encontraba Nico.
Así, los niños fueron subiendo a los coches por turnos para dar
unas vueltas al circuito. A Nico le tocó el último turno, pero no le importó
mucho, pues disfrutó de lo lindo viendo de cerca cómo aceleraban los coches
salvajes. Cuando le llegó el momento, el corazón le latía a mil por hora. Con
la emoción, apenas podía correr, y fue el último en subir a su coche. Tan
contento estaba, que tardó un poco en darse cuenta de que aún quedaba un último
niño por subir; uno que caminaba usando muletas y no había podido llegar antes.
Y a su lado, escuchó cómo el jefe de las pruebas decía:
- Lo siento muchísimo, chico, ya no quedan coches y ésta es la
última prueba de hoy. Los coches tienen que descansar ya. Venga, ya tendrás tu
oportunidad otro día...
Al recordar el brillo emocionado que despedían un rato antes los
ojos de aquel niño, y ver ahora su profunda tristeza, Nico respiró hondo, bajó
del automóvil y dijo:
- No pasa nada. Yo le dejo mi coche.
El motor del coche salvaje rugió como nunca, mientras el niño
accidentado subía lleno de alegría. Nico se quedó satisfecho por lo que había
hecho, aunque un pelín desilusionado. Pero antes de arrancar, el otro niño
descubrió en Nico ese puntito de tristeza y, agradecido, le tendió la mano diciendo.
- Sube. Iremos los dos juntos, aunque vayamos un poco más
despacio.
Nico subió de un salto. Los niños se abrazaron alegres, pero
apenas pudieron hacer nada más. ¡Su coche tronó como un cohete, y salió a la
velocidad del rayo!
Aquella carrera rompió todos los récords conocidos y, durante
esa misma temporada, Nico y su amigo arrasaron en cuantas competiciones
participaron, convirtiéndose en ídolos de grandes y pequeños, y paseando
felices su amistad y sus buenos sentimientos por todos los rincones del mundo.
Dijous.
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Explicar el conte “Las
arrugas del abuelo”.
- Abuelo, deberías darte la crema de mamá para las arrugas.
El abuelo sonrió, y un montón de arrugas aparecieron en su cara.
- ¿Lo ves? Tienes demasiadas arrugas
- Ya lo sé Bárbara. Es que soy un poco viejo... Pero no quiero perder ni una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo el recuerdo de algo que aprendí.
A Bárbara se le abrieron los ojos como si hubiera descubierto un tesoro, y así los mantuvo mientras el abuelo le enseñaba la arruga en la que guardaba el día que aprendió que era mejor perdonar que guardar rencor, o aquella otra que decía que escuchar era mejor que hablar, esa otra enorme que mostraba que es más importante dar que recibir o una muy escondida que decía que no había nada mejor que pasar el tiempo con los niños...
Desde aquel día, a Bárbara su abuelo le parecía cada día más guapo, y con cada arruga que aparecía en su rostro, la niña acudía corriendo para ver qué nueva lección había aprendido. Hasta que en una de aquellas charlas, fue su abuelo quien descubrió una pequeña arruga en el cuello de la niña:
- ¿Y tú? ¿Qué lección guardas ahí?
Bárbara se quedó pensando un momento. Luego sonrió y dijo
- Que no importa lo viejito que llegues a ser abuelo, porque.... ¡te quiero!
Divendres.
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embarbussaments als nens i preguntar si algú s’atreveix a repetir-ne algun.
“Un rus que és ros, té un ris i està al ras
sense fer res”.
“En quin tinter te tinta en
Ton?”.
“Un plat pla ple de pebre negre
n'era.
Un plat pla ple de pebre negre n'està”
Un plat pla ple de pebre negre n'està”
“En Piu que manobra fou,
fent un pou va perdre un peu,
el seu amic Pau digué,
Pol en Piu té un peu al pou.”
fent un pou va perdre un peu,
el seu amic Pau digué,
Pol en Piu té un peu al pou.”